Santa Maria de Belem (II), Conociendo Lisboa.

Continuamos con la ruta de visitas en el barrio de Santa María de Belém. Después de ver la Torre de Belém, nos dirigimos al Monumento a los Descubrimientos, situado en la misma avenida.

De camino nos encontramos con una réplica de un avión monomotor, el Lusitania. Este es un monumento conmemorativo a la primera travesía aérea del Atlático Sur, que unió Lisboa (el avión despegó desde Belém), a Río de Janeiro. Se realizó en 1922 con motivo del centenario de la independencia de Brasil. El viaje duró 79 días, en los que sólo volaron 62 horas y media.

Seguimos andando hacia el Monumento de los Descubrimientos.

El Monumento de los Descubrimientos.

Se instaló en 1940 de manera provisional (fue una construcción de yeso sobre un esqueleto de madera) para la Exposición del Mundo Portugués, organizada con el propósito de rememorar el origen de Portugal en 1140, y su independencia en 1640. 20 años después, en 1960, viendo cómo había calado en la sociedad portuguesa, fue construido de manera definitiva con motivo de la conmemoración del 5º centenario de la muerte de Enrique el Navegante (infante portugués que jugó un papel importante en la expansión colonizadora portuguesa durante el siglo XV. Su apodo lo acuñaron dos investigadores alemanes en el siglo XIX).

Es una carabela de 52 metros de altura en la que se hayan representados marineros, patrones, aquellos reyes que participaron con su mecenazgo… Cuenta con el escudo de Portugal a ambos lados, la espada de la casa real de Avis sobre su puerta y Enrique El Navegante se haya en la proa sujetando una carabela. A los lados, hay una serie de personajes esculpidos, Vasco da Gama, el poeta Camoes aparece con un ejemplar de una de sus obras, el rey Manuel I está representado sujetando una esfera armilar (artilugio utilizado para representar el movimiento de las estrellas alrededor de la tierra o el sol)… También pintores, navegantes, cartógrafos… En total 33 personalidades se encuentran mirando al mar.

Se puede visitar el interior, donde en el sótano hay una sala de exposiciones temporales (no siempre relacionadas con los descubrimientos). También cuenta con un ascensor para subir al sexto piso, y si queréis subir a lo mas alto para disfrutar de las vistas, también debéis subir un tramo de escaleras.

Nosotros no entramos, lo vimos por fuera.

Horario de visita:
De octubre a mayo: de 10:00 a 18:00.
De junio a septiembre de 10:00 a 19:00.
Cierra los lunes.

El precio de la entrada es de 6€.

Después nos dirigimos al Monasterio de los Jerónimos, atravesando los jardines de la Plaza del Imperio. Al igual que el Monumento de los Descubrimientos, fue construida para la Exposición Mundial de Portugal.
Esta plaza mide unos 280 metros en cada lado, y es una de las mayores de Europa. La superficie total de los jardines tiene unas tres hectáreas. En el centro de la plaza hay una fuente que se ilumina en ocasiones especiales.

Monasterio de los Jerónimos.

El Monasterio de los Jerónimos pertenece a la orden de San Jerónimo. Al igual que la Torre de Belém, su estilo arquitectónico es el conocido como “manuelino” y su construcción fue encargada por Manuel I de Portugal, para conmemorar la vuelta con éxito de la India de Vasco de Gama.

El monasterio se edificó donde estaba localizada una ermita, donde Vasco de Gama junto con su tripulación pasaron la noche rezando antes de su partida hacia la India. Su construcción empezó en 1501, y se ha ido ampliando y remodelando hasta el siglo XIX. Se financió gracias a un impuesto sobre las piedras preciosas, el oro y las especias orientales (excepto de la pimienta, canela y clavo cuyas ganancias iban directamente a las arcas de la corona). Estuvo a cargo de la orden de San Jerónimo hasta 1834, cuando tuvo lugar la desamortización de las órdenes religiosas.

Destaca el pórtico sur, en el que se combinan temas religiosos (imagen de San Jerónimo) y mundanos (exaltación de la monarquía).

El pórtico oeste, es obra de Nicolás Chanterenne, este escultor francés realizó la mayor parte de su obra en Portugal. (Trabajó también para la Orden de San Jerónimo al hacer un retablo de alabastro en el Palacio Da Pena, en Sintra).

En el interior de la iglesia podemos observar, cómo su bóveda se sustenta sobre finísimas columnas octogonales, creando un espacio amplio y majestuoso.

En la iglesia se encuentra la tumba de Vasco de Gama (levantada en el siglo XIX, está decorada con numerosos motivos náuticos), Luis de Camoes, la del propio rey Manuel I y de su esposa, la reina Doña María (que descansan sobre elefantes).

La tumba del rey Sebastian I, se encuentra vacía, puesto que nunca regresó de África (su cadáver no pudo ser identificado), donde murió durante una batalla en 1578. También la de Fernando Pessoa, situada en el claustro desde 1985.

El claustro merece una mención aparte. De forma cuadrangular y dispuesto en dos plantas, es la creación manuelina mas pura de Joao de Castilho.

Sus arcos y la balaustrada están bellamente decorados.

En esta fuente situada en el claustro, está representado un león, símbolo animal atribuido a San Jerónimo, y es que la leyenda dice que estando el Santo a orillas del rio Jordán, se le acercó un león con una pata atravesada por una espina. San Jerónimo lo sanó y en agradecimiento el animal nunca más se separó de él, llegando a dejarse morir de hambre sobre la tumba del Santo.

Los muros del refectorio están cubiertos de azulejos del siglo XVIII, está representado el milagro de los panes y los peces en su extremo norte.

Horario de visita:
De octubre a abril: de 10:00 a 17:30
De mayo a septiembre: de 10:00 a 18:30
Cerrado los lunes, 1 de enero, domingo de Pascua, 1 de mayo y 25 de diciembre.
Precio:
Entrada individual: 10€
Entrada conjunta: Torre de Belém+Monasterio: 12€

Para acabar (o para empezar) un buen día en esta zona, no podemos dejar de recomendar que  probéis los famosos “Pastéis de Belém”. Estos calentitos, crujientes y deliciosos pasteles de crema y canela, son de lo mejor que recuerdo haber comido en Portugal. Fueron inventados en Belém y se sirven desde 1837, dicen que se usa la misma receta desde entonces.
Su fama es muy merecida, y es que dicen que se hacen más de 20.000 pasteles al día.

Santa María de Belém es una zona que sin duda hay que ver en Lisboa, aparte de los sitios que os hemos recomendado, hay muchos otros (como el Palacio Nacional de Belém, el Museo de Arte Popular, el Jardín Botánico…) que ver. En esta web podréis encontrar información útil.