Qué visitar en Dublín, Guinness Storehouse.

¿Por qué hay que visitar en Dublín la Guinness Storehouse?

Hoy recordamos nuestra visita a la Guinness Storehouse. Tenía muchas ganas de ir, ya que hace algunos años participé en un “concurso” en el que el “premio” era un trabajo (muy bien remunerado) un verano entero en la Guinness Storehouse, pero me quedé a las puertas. Así que desde entonces, Dublín estuvo en mi lista de imprescindibles y la Guinness Storehouse no podía ser menos. La Guinness Storehouse fue inaugurada en el año 2000 y desde entonces es el sitio más visitado por los turistas en la capital irlandesa, con mas de 1 millón de visitantes en 2014. Así que visitar en Dublin esta fábrica es casi un “must” wink

La visita:

Si algo ha hecho bien esta marca (aparte de la cerveza que a nosotros nos encanta) es sin duda el cómo nos han vendido su producto. Y es que parece que todo “mola”. Ya antes de entrar puedes ver los carteles que señalan y te llevan a la entrada, el logotipo por todas partes…

En la Guinnes Storehouse, aparte de aprender el proceso de fabricación (de la que posiblemente sea la cerveza negra mas famosa del mundo), te enseñarán muchas curiosidades sobre la historia de esta marca, (¡Y son muchas!). Y es que está tan bien pensada y es tan interactiva, que se te puede pasar la mañana sin apenas notarlo dentro del edificio de 7 plantas. A un ritmo normal, duraría entre una hora y hora y media.

Nosotros llegamos de los primeros, así que la entrada estaba vacía, y apenas imprimimos las entradas (hay unas máquinas en las que puede hacerse sólo poniendo el código de referencia) ya estábamos dentro, pero por la entrada que tiene, me atrevería a decir que en temporada alta, seguro que tienes que esperar un buen rato la cola.

Una vez que entras y recoges la audio guía (incluida en el precio) ya puedes disfrutar de la fábrica. No tienes un tiempo determinado para verla, si quieres puedes pasar el día entero. Pero está pensada para que vayas de abajo a arriba. Si echas la vista hacia arriba (con un poco de imaginación, eso sí) podrás ver que el centro del edificio es una pinta gigante. 14,3 millones de pintas cabrían en ella si fuera real.

Nada mas entrar, puedes ver en el suelo una de las reliquias mas preciadas de la marca. El contrato de alquiler de la fábrica de St. James Gate (llevaba mas de 10 años sin ser utilizada), que firmó Arthur Guinness (su fundador) en 1759. ¿Qué tiene de especial? El contrato se firmó por la friolera de 9.000 años y 45 libras al año, por el uso de 1,6 hectáreas de terreno. Sin duda el señor Arthur tuvo mucho ojo a la hora de alquilar la fábrica. Hoy en día el contrato sigue en vigor pero la fábrica se ha expandido hasta alcanzar las 26 hectáreas, la gran mayoría del terreno es hoy propiedad de Guinness.

Lo primero que veremos son los principales ingredientes de la cerveza, cebada, lúpulo, levadura y agua y cuál es su papel en el proceso de elaboración. La levadura es muy importante en dicho proceso, tanto que dicen que tienen una reserva siempre guardada en una caja fuerte por si tuvieran problemas con el suministro principal.

Después de ver cómo se fabrica la cerveza, y sus ingredientes, podemos ver el proceso de elaboración de los toneles de madera en los que se transportó la cerveza durante 200 años.

Y he de decir que me sorprendió. Hay un video en el que ves el proceso de fabricación y la verdad es que tenía que ser muy complicado, ya que requería mucha técnica. También podréis ver cómo a los toneleros novatos los metían en uno de los barriles y los lanzaban colina abajo… surprised  Aparte podréis ver los diferentes medios de transporte que usaron a lo largo de su historia, el barco, carros de caballos, trenes…

No se puede negar el desarrollo económico que llevó Guinness a la ciudad de Dublín. Donaron 150.00 libras para restauración de la Catedral de San Patrick, también hicieron donaciones al Trinity College y diferentes hospitales de la capital. En 1910 1 de cada 10 dublineses trabajan para la marca. Después os encontraréis con esta escultura que representa una pinta gigante tallada en madera de mas de 3.5 metros de alto y aproximadamente dos toneladas de peso. Encargaron a 20 artistas esculpir la historia de la marca, sus momentos mas importantes desde su fundación a la actualidad.

También tienen una parte dedicada a la publicidad de Guinness, siempre muy aclamada y reconocida desde los años 30, cuando se realizó el primer cartel publicitario con el lema “Guinness is for you”.

Verás televisiones reproduciendo sus anuncios desde los años 50 hasta ahora. También podrás hacerte una foto y aparecer en el cartel publicitario de los años 30 con el lema “Guinness for strength”.

Unos años mas tarde, los protagonistas de la publicidad fueron una serie de animales (un oso, un león marino, un pingüino y otros muchos además del famoso tucán, que se mantuvo en la publicidad hasta 1982). Puedes hacerte una foto con el cuidador del zoo al que estos animalillos le hacían la vida imposible en los carteles publicitarios.

En cuanto al logotipo de la marca, el arpa, también tiene historia. Y es que desde siempre, el arpa ha sido el emblema del país, que aparece en sus monedas, en su pasaporte… pero si os fijáis, el arpa que aparece como símbolo de Irlanda, está “dada la vuelta” con respecto al arpa de Guinness. ¿La razón? Según Guinness, ellos usaron el arpa como logotipo para su marca desde 1862, y por lo tanto, cuando se independizó la República de Irlanda (casi 60 años mas tarde) el estado irlandés tuvo que girarla para no incumplir el copyright de Guinness. surprised

Otra ocurrencia que tuvo gran éxito, fue la edición en 1955 del Libro Guinness de los Récords, que ese año fue el más vendido en el Reino Unido. La idea surgió cuando a Sir Hugh Beaver (en ese momento director ejecutivo de Guinness) durante una cacería, entabló una discusión sobre cuál sería el pájaro más rápido volando, al no encontrar la respuesta pensó que estaría bien publicar un libro con todos esos datos que son tan interesantes. Desde entonces libro Guinness de los Récords es el libro con derechos de autor, más vendido de todos los tiempos (también el más robado en las librerías de Estados Unidos, según Wikipedia). Hay una parte también interesante, que es de la “cata”. En la primera sala aprenderemos un poco mas sobre los ingredientes, sobre todo podremos olerlos.

Nos dan una “mini pinta” que aprenderemos a beber en la siguiente sala, y es que el “empinar el codo” es todo un arte para los señores de Guinness. bigsmile

Con la entrada, entra una pinta de Guinness, que podréis canjear en el Gravity Bar o si os animáis, podréis servirosla vosotros mismos, ya que unos amabilísimos chavales os enseñarán a servir la “pinta perfecta” que luego podréis tomar (está permitido subir con ella al Gravity Bar).

Servir las pintas también tiene su ciencia, y es que según Guinness, el proceso ha de durar exactamente 119,5 segundos. Ha de ser servida a una temperatura de entre 6º y 7º grados.

– ¿Como se sirve una pinta de Guinness?

·El vaso (que ha de estar seco y a temperatura ambiente) se pone debajo del grifo a 45º. Se tira del grifo hacia nosotros hasta dejarlo en posición horizontal, hasta llenar ¾ partes del vaso. ·Se deja reposar para que se forme la espuma de la cerveza, que deberá medir en 1 y 1,5 cm de grosor. ·Después ponemos el vaso de nuevo bajo el grifo y esta vez empujamos hacia adelante hasta que la espuma llegue al borde. ·Para acabar es importantísimo presentar la pinta al cliente con el arpa mirando hacia él. Así que si pedís una pinta y el camarero la deja abandonada en la barra, no es que se le haya olvidado, es que esta sirviendo una “perfect pint”.

Después vuestro “profesor” elegirá las dos pintas mejor tiradas y os dará vuestro diploma. Que da testimonio de que sabéis tirar la “pinta perfecta”.

Como nota al margen os comento que si os gusta esta cerveza y os apetece tomarla en casa, podréis comprar las latas de cerveza (o las botellas, en su web no hacen ninguna distinción en la forma de servir), el proceso de servirla es el mismo que con el grifo (ya sabéis, el vaso a 45º, etc…) ya que están pensadas para ser tomadas en vaso. Dentro de la lata, hay una bola hueca de plástico, cuya función es producir la espuma que se forma al servirla en el vaso. Se han gastado mucho dinero en investigación en este artilugio, ya que lo que querían es que la cerveza en lata se pareciera lo mas posible a la de barril. Llegados a este punto podéis subir al Gravity Bar a tomarla con calma. Y la verdad es que es un sitio muy chulo! Tiene una vista panorámica de 360º de Dublín, y con una breve explicación en los cristales de lo que desde ahí arriba se puede ver.

El edificio, cuenta también con varios restaurantes. Nos asomamos a ver sus cartas y al ver que sus precios no eran muy disparatados decidimos darnos un capricho.

Nos decidimos por el restaurante Gilroy’s y no nos pudimos resistir a probar el famoso estofado de ternera con cerveza Guinness, y una hamburguesa (no fuera a ser que el estofado nos decepcionara), y la verdad es que la hamburguesa estaba buena, pero el estofado era una maravilla! De verdad que nos encantó y nos habríamos comido otro plato muy a gusto. Aquí está la prueba wink

La comida nos costó unos 48 euros, dos platos principales (la hamburguesa y el estofado), dos pintas de cerveza, y un postre. Con la tripa llena, ya era hora de salir de la fábrica. No sin antes pasar por la tienda de regalos. A estas alturas y después de tanto tiempo ahí arriba, la verdad es que tienes ganas de comprarlo todo. Es una tienda muy grande con toda clase de objetos, camisetas, sudaderas, llaveros… y por supuesto los clásicos vasos para las pintas. Los precios no están fuera de lo normal, algunas cosas que puedas encontrar en tiendas de souvenirs puede que cuesten 1€ mas, pero otras muchas sólo podrás encontrarlas aquí.

Cómo llegar:

La mejor manera, si el tiempo lo permite es ir andando. Según ellos, desde el Trinity College son 20 minutos. Nosotros tardamos un poco más porque fuimos por la orilla del río Liffey y luego callejeamos un poco, pero el paseo desde luego que vale la pena.

Si preferís ir en autobús, podréis ir en la línea 123 que sale de O’Connel Street, el trayecto dura unos 10 minutos. Si vais en coche, tenéis la posibilidad de dejarlo en el aparcamiento para visitantes (de manera gratuita), que está en la Crane Street. Aquí tenéis las coordenadas GPS (sacadas de Google Maps): 53.341748 -6.283584.

Horario de apertura:

Abre de lunes a domingo, de 9:30 a 17:00. En julio y agosto de 9:30 a 19:00.

Precio de las entradas:

En taquilla el precio por persona es de 18€. Si reserváis la entrada a través de su página web, el precio es 16,20€. Tienen tarifa para familias, descuento con carnet de estudiante… podéis verlo con detalle aquí. Si compráis la entrada online, deberéis imprimir las entradas en las máquinas que hay en la entrada, es muy fácil, sólo tenéis que poner el número de referencia. En la entrada, viene incluida una audio guía (imprescindible) y una pinta de Guinness (para los menores de edad un refresco). La entrada a la Guinness Storehouse está incluida en la Dublín Pass. (Además de otras visitas como la Catedran de San Patricio, el Castillo de Dublín, la antigua destilería de Jameson…). También incluye descuentos en alguna tiendas de la ciudad. Podréis comprarla de 1 día (39€) hasta 6 días (105€). Merece mucho la pena si pensáis entrar en varios lugares. Si os preguntáis si se puede ir sólo a tomarse una pinta al Gravity Bar o a comer, la respuesta es que sí, pero previo pago de entrada. Es decir, sí o sí tienes que comprar la entrada para acceder al edificio.

¿Qué os ha parecido? ¿Conocéis la fábrica? A nosotros nos resultó muy divertida, mirad qué caras de felicidad! wink